¿Para qué el camino?

Si después de haber visto el video aún no lo tienes claro...
Hecha solo unos minutos en leer este magnífico trabajo hecho por Emilio, el peregrino pelirrojo!!




- UNA PARÁBOLA DE LA VIDA... -
EL camino es una “parábola de la vida”, en la que recordamos muchas cosas que, en el ajetreo de nuestros compromisos hemos olvidado o descuidado. El Camino es una “escuela para la vida”, no un paréntesis en ella: se es peregrino a partir del Camino, pero después se vive en casa siendo peregrino.




- PONERSE EN CAMINO -
Ponerse en Camino exige una actitud de abandono de uno mismo. Abandonarse no es dejadez, es colaboración, es descargarse de preocupaciones y agobios, reposarse en algo superior a uno mismo, dejar de ser yo el centro de mi vida superando ese egoísmo natural que no nos deja crecer, es reconocer que yo no gobierno ni la vida ni el Camino.



- VIVIR EL PRESENTE -
La primera experiencia que me aporta el Camino es la inutilidad de las previsiones, se llega cargado de expectativas, pero el día a día va exigiéndote que las cambies. No es solo vivir al día es “vivir el presente”, sin mas pretensiones que disfrutar de lo que tienes delante.



- EL CAMINO INTERIOR -
El Camino tiene muchas ocasiones para conocerte a ti mismo, desde nuestro cuerpo, hasta nuestra voluntad, todas nuestras dimensiones entran en juego para poder llegar a la meta. El Camino es un “Camino interior”, donde mis pasos me llevan cada vez más hondo en mí. A muchos el Camino les regala el don de conocerse y aceptarse mejor.



- ESCAPAR DE LA MONOTONÍA -
El Camino nos lleva a “escapar de la monotonía”, en la vida cotidiana tenemos el peligro de caer en la lógica de que todo se repite cada día y llegar a pensar que todo da igual. En el Camino nos hacemos conscientes de que los esfuerzos reciben su mérito, porque las distancias se acortan, los paisajes se superan y podemos mirar atrás, hacer memoria de lo recorrido y decirnos ¡cuánto he andado!



- ACEPTAR MIS LIMITACIONES -
El esfuerzo de cada día te lleva a conocer tus propios límites; no hacemos el Camino que queremos, sino el que podemos. Las etapas se acaban cuando ya no podemos más, o cuando hemos decidido conservar fuerzas para el día siguiente; “el Camino nos descubre nuestra radical indigencia”. No somos maquinas, sino personas.



- VIVIR CON LO NECESARIO -
El Camino es una exigente “escuela de discernimiento entre lo necesario y lo superfluo”, porque todo pesa y no se puede cargar con todo. Descubrimos en el Camino que solo tiene sentido no ir atiborrados con una multitud de cosas. Solo esa lógica nos libera, y quizá sea lo mas precioso que podemos aprender. No podemos con todo...



- ABIERTO A LOS OTROS -
Desde esta radical necesidad nos abrimos a la comunicación con el otro, nadie autosuficiente será capaz de hacer la experiencia del Camino. Aprendemos a escuchar, a ofrecer nuestro apoyo, nuestros remedios, a compartir nuestros bienes... No es algo superfluo, pues está en la raíz del buen ambiente que hay en el Camino, en sus albergues, en sus veredas y plazas, nadie tiene pudor o miedo de contar sus penas o dolores.



- LA GRATITUD -
El Camino nos invita a “disfrutar de un montón de cosas” que no se compran, que no solo son gratis, sino también gratuitas, el amanecer en el páramo, la lluvia en Galicia, la charla en el albergue,la comida, las nubes en la montaña, el ábside románico... El Camino nunca es el mismo, porque las oportunidades para disfrutar cada vez son otras.



- DAR LAS GRACIAS -
El auténtico peregrino reconoce que, si sale adelante, es gracias a muchos factores que no están en su mano, “el Camino nos descubre los dones de la vida”. No se impone a ella, por eso donde llega da las gracias, no exige, se conforma con poco, pues la satisfacción está en el corazón de cada uno, no en las cosas que nos vengan de fuera.



- CON DIOS POR COMPAÑERO -
Quien emprende un viaje interior, quien abre bien los ojos para apreciar las cosas y descubrir el valor de las personas, sabe que no camina solo. Un día llegarás a sentir que quien te llamó a hacer el Camino, quien te dio fuerzas para el siguiente paso, quien te acompañó por los senderos, fue él, el mismo que llamó un día a Santiago para que fuera pescador de hombres.



- EL CAMINO ME HACE A MI -
El Camino , finalmente, no lo hago yo. La gran transformación del corazón que poco a poco he ido sufriendo, me lleva a reconocer que, en verdad, “el Camino me hace a mí”, porque es algo que me supera y yo no puedo manipular.


¡¡¡FORTIA!!!


Ahora empieza todo...
Vuestro camino esta a punto de comenzar...
Preparaos bien para vuestra mayor aventura...


"¡ULTREIA! ¡ESUSEIA! ¡PEREGRINOS!"



Emilio 2º Bach.
Fernando 1º Bach.