El primer incidente lo tuvimos (bueno, lo tuvo) un chaval que venía con una moto por un puente y se le enganchó la bota en un alambre, quedandole el pie al descubierto y la bota en el suelo.
Después de esto, paramos para calentar, junto con decenas y decenas de oruguitas (de esas que pican), así continuamos nuestro camino, sin ningún problema, relacionandonos todos con todos hasta formar un principio de amistad que, seguro que dentro de muy poco, será completa. Al llegar a Santiponce nos encontramos con una tragedia... una pequeña serpiente estaba tirada en el suelo (bueno, eso no es muy raro) muerta. Llegamos a la gasolinera y nos reconfortamos con bocadillos, refrescos y helados que traíamos o nos comprábamos. Después pasamos por el anfiteatro de Itálica, donde Juana nos explicó toda la historia de esta antigua ciudad y porqué la Vía de la Plata se llama así.
Después de esto, continuamos el camino por un tramo de carretera, hasta que llegamos al tramo, después de cruzarla, por el que se llegaría al famoso "río" que, aunque con menos agua que en otros años, estaba el doble de frío de lo que suele ser normal en el agua. Para cruzarlo, cada uno tenía un modo: algunos descalzos, otros con bolsas en los pies, con bolsas y calcetines(komo es lógico, se los empaparon) y otros con las bolsas hasta las rodillas. Sea como fuere, todos acabamos con los pies helaos, pero con una sensación de restauración que nos animaba a andar más. Retomamos el camino y nos cruzamos con unos "pintas" con unas motos que, en principio, no iban con malas intenciones, pero no te puedes fiar del principio de las cosas. Cruzamos otro rio, esta vez más fácilmente y... más apestoso. Así proseguimos hasta llegar a Guillena, donde vino la cara amarga de ese día...
Algo pasó con uno de los cascos de los "pintas", que cuando entramos en el pueblo, vinieron con ganas de pelea y... con una pala en las manos. Hay que decir, que muy listos no eran los chavales, ya que ellos eran 3 (5 al final) y nosotros unos... 30 (tirando a lo bajo) así que muchas posibilidades no tenían. En la parada, estos seres seguían increpando, con las pertinentes respuestas por nuestra parte, hasta que llegó el autobus y se atrevieron a amenazarnos y a tirarnos naranjas...
Pues así concluye la segunda etapa de preparación de esta 4ª edición de El Camino de Santiago (versión Azahar). Así fueron las cosas, y así se las hemos contado.
Hasta otra;)
>>JERO<<